martes, 27 de abril de 2010

Ha trascendido

...que según un sondeo de opinión sobre una problemática de vieja data, como es la respuesta: «la solución está demorada por cuestiones administrativas», debería ser razón más que suficiente de una autocrítica para revertir tanto acoso burocrático.
... que un caso de preocupación por la excusa de «cuestiones administrativas», que fue la respuesta que dio el Ministerio de Salud provincial, ante el reclamo de entrega de medicamentos oncológicos, que no pueden demorarse.
... que si bien hay casos donde el vecino puede hacer un «compás de espera», lo lamentable es que una vez que entró en la cinta de la burocracia, cuando sale, ya suele ser tarde.
... que uno de los casos donde hace rato que se reclama un semáforo, es en la calle Colón, en especial en la zona del Hospital Fiorito, Arenales etc., donde en cualquier momento podemos tener una desgracia, y no se debe esperar un accidente fatal para ofrecer una solución. .
.. que si bien no le dimos mucho crédito a ciertos comentarios y los dejamos pasar, nos «conmovió» uno en especial, pero es parte de las «cuestiones administrativas». Cuando se reclama por la falta de alumbrado público, para que sea considerada la petición, deberá inscribirse en la denuncia el número de la columna. ¿Qué me cuentan? ¿Habrá vecinos con lupa en mano para no equivocarse si encuentran el famoso número?

sábado, 10 de abril de 2010

Defensa del Vecino

La altura de las napas inundo bóvedas y panteones
en el Cementerio.

Vecinos y dirigentes de entidades que tienen bóvedas familiares o un panteón en el Cementerio Municipal, como el de la Sociedad Italiana Roma, denunciaron hace tiempo la necesidad de que se pongan en funcionamiento las bombas centrífugas para bajar el nivel de las napas, por estar los sótanos totalmente inundados, ante lo cual las autoridades de la necrópolis sostienen que elevaron su reclamo al área de gobierno y están a la espera de una solución.
Los directivos de la Sociedad Roma, aseguran que en los sótanos los «cajones flotan» y que esto sucede en varias bóvedas aledañas, por no funcionar las bombas centrífugas y no se ha logrado que sean reparadas con la urgencia que el caso requiere, dado que es una situación muy desagradable que afecta el sentimiento de numerosos vecinos que han efectuado sus reclamos en las instituciones pertinentes, de igual forma que titulares de varias bóvedas.
Confiaron quienes están preocupados por esta desagradable situación, que si las actuales bombas centrífugas funcionaran a pleno, bajaría el nivel de las napas, pero quienes dicen tener informes aseguran que no tienen recuperación por su mala calidad y deben ser reemplazadas por otras de mayor potencia y con garantías reales de su funcionamiento.
Denuncian robos en horas nocturnas en la zona de la estación Avellaneda
La zona de la estación Avellaneda, tanto donde funcionan dependencias municipales y la sede de la Unión Industrial de Avellaneda, se ha convertido, en horas nocturnas, en «zona libre para la delincuencia» según lo que denuncian varias personas que han sido víctimas de arrebatos de quienes escapan para la zona de la estación terminal de colectivos de larga distancia, totalmente sin alumbrado público, en especial en el sector trasero del teatro Municipal Rodriguez Fauré, lo que facilita la acción delictiva.
Sobre la acera par, donde en otras épocas funcionaba una estación de servicio, la situación es de extremo peligro, por haber numerosas casas intrusadas donde se refugian los «cacos», luego de consumado el atraco, en especial a quienes bajan de colectivos o esperan para su ascenso, no sólo en horas nocturnas sino también durante el día, lo que convierte a todo este sector de la ciudad, en zona de acción delictiva incontrolable.

miércoles, 7 de abril de 2010

Niebla del Riachuelo



El río más contaminado del mundo, el río que enferma, el que huele mal. El Riachuelo, aquel que se hizo dueño de la vida de los pobladores desde que éramos colonia, el río al que pintaron los más grandes artistas argentinos y al que le dedicaron tangos y poesías, el que mostró su belleza a los navegantes de antaño, cuando por sus aguas paseaban las señoritas de la aristocracia porteña, mostrando al extranjero la fauna y la flora autóctona de un país maravilloso.
«Riachuelo de los Navíos» lo nombró Pedro de Mendoza, sin sospechar que sobre sus aguas el hombre depositó 500 años de basura y hoy es un desolado cementerio de naves que nos miran desde el fondo fangoso, atrapados sin salida en un colchón de desperdicios que lentamente los corroe.
Sus márgenes cobijaron a cientos de empresas que florecieron gracias a sus servicios navegables. Y en gratificación, las más de 3 mil fábricas instaladas en sus 64 kilómetros de recorrido, arrojaron más de 88 mil metros cúbicos de desechos industriales, sin pensar que un día el río devolvería la afrenta, convirtiendo el cadmio, mercurio, níquel, plomo, cromo, arsénico, selenio, fenoles, bencenos, tolueno, hidrocarburos clorados, pesticidas, herbicidas, plaguicidas, detritos humanos y animales, materiales orgánicos en suspensión, detergentes, y otros contaminantes arrojados a su cauce, en graves enfermedades.
Y nos enferma el aire, la tierra y las aguas, nos reta con sus crecidas, nos apesta cuando baja, y se ríe de años de promesas incumplidas y de frases como: "en mil días los argentinos podrán bañarse y pescar en sus aguas saneadas y transparentes».
Sin embargo amamos al Riachuelo. Porque es nuestro, porque nos separa de los porteños y nos distingue como provincianos, porque lo soñamos limpio y manso acariciando la ciudad, porque no podemos atravesarlo sin admirar la belleza de ese espejo sucio y brumoso que a pesar de todo nos enorgullece.
Marta Portilla