miércoles, 17 de marzo de 2010

El renovado Puente Barracas fue la salvación ante el piquete que cortó la entrada y salida de Avellaneda

Por Nestor Luis Santos
Luego de años de angustia y preocupación por el estado de riesgo que implicaba cruzar el viejo Puente Barracas con oscilaciones muy pronunciadas al paso de colectivos y camiones cada vez que había piquetes, en esta oportunidad fue la salvación de Avellaneda, dado que su actual estado permitió que todo el tránsito que ingresaba de Avellaneda hacia Capital Federal y a la inversa, se volcara a este cruce con bastante normalidad, a pesar de los desordenes naturales ante tal avasallamiento.
El puente aguantó como un verdadero titán, y también nos reveló que se hace más que necesario que se instale un destacamento policial en Avellaneda, para preservar el orden y evitar que los piquetes puedan tomarlo y hacer estrago en lo que hoy es una "pinturita", dado que su actual estado es óptimo.
Una vez más, el piquete que "tomó el puente grande" afectó notoriamente no sólo la comunicación, sino que el comercio vió cómo mermó su actividad y la Policía fue afectada a ejercer una custodia a los manifestantes, lo que implicó no poder atender todo lo que a sus espaldas sucedía en la ciudad, donde los "delincuentes" se robaron hasta un escalera frente a las narices de cientos de autos detenidos por las demoras causadas por el piquete. Todo parece estar organizado para que tengamos que soportar "lo que venga".
¿Hay leyes de resguardo a los ciudadanos para poder circular libremente y garantizar su seguridad? ¡Cuándo se harán valer?

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